Me he propuesto, desde el inicio de este espacio, crear un texto cerrado. Convencido de la dictadura de la imagen sobre mis trayectos textuales, me he dedicado a construir un álbum de postales. De recortes. Conciente del mecanismo direccionador de Internet en estos espacios, y queriendo complicarme las rutas para ofrecerme un poco de divertimento, desdeño los vaciados de datos HTML y arrojo aquí, con la esperanza de que comience a picar después de un tiempo, el primero de los anzuelos a la red. Lista simplificada de posibles contenidos de este blog: Un ensayo de taging.
Comienzo por un cita:
“Lo que modifica la experiencia lectora de un modo radical no es la máquina que ingenuamente reproduce las páginas impresas de un libro, revista o álbum, sino la red a la que la máquina permanece conectada, de tal forma que la lectura es inseparable de otras actividades como a búsqueda y la navegación. Leer en red no consiste en descargar sucesivamente una serie de obras perfectamente delimitadas y conclusas, sino en una experiencia radicalmente diferente sobre la que los autores carecen de control. La lectura online no tiene principio ni fin; no hay camino marcado, ya que el lector puede realizar cualquier tipo de asociación, sentir cualquier curiosidad, e inmediatamente abandonar el ¿texto? para realizar una búsqueda en la base de datos y encontrar innumerables referencias que el autor jamás hiera podido predecir.” Lectura en red. Germán Sierra. Revista Quimera. 299. Ocutumbre de 2008.
Comienzo por un cita:
“Lo que modifica la experiencia lectora de un modo radical no es la máquina que ingenuamente reproduce las páginas impresas de un libro, revista o álbum, sino la red a la que la máquina permanece conectada, de tal forma que la lectura es inseparable de otras actividades como a búsqueda y la navegación. Leer en red no consiste en descargar sucesivamente una serie de obras perfectamente delimitadas y conclusas, sino en una experiencia radicalmente diferente sobre la que los autores carecen de control. La lectura online no tiene principio ni fin; no hay camino marcado, ya que el lector puede realizar cualquier tipo de asociación, sentir cualquier curiosidad, e inmediatamente abandonar el ¿texto? para realizar una búsqueda en la base de datos y encontrar innumerables referencias que el autor jamás hiera podido predecir.” Lectura en red. Germán Sierra. Revista Quimera. 299. Ocutumbre de 2008.
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